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CaixaBank no va a reclamar al Gobierno el dinero de Bankia y Escotet se españoliza en la lista Forbes

Bankia CaixaBank
Bankia y CaixaBank
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

CaixaBank tiene una oportunidad de oro para ingresar 1.850 millones sin mancharse las manos: reclamar al Estado el dinero que Bankia devolvió por la salida a Bolsa y que no debió haber devuelto a la luz de la absolución de los implicados por la Audiencia Nacional. Pero no va a hacerlo porque le trae mucha más cuenta llevarse bien con el Gobierno. Por cierto, uno de los mayores enemigos de Isidro Fainé, Juan Carlos Escotet, ha conseguido su sueño: que Forbes le españolice para incluirle en la lista de los más ricos de nuestro país.

La sentencia que absolvía a Rato y su cuadrilla -por cierto, dictada por un tribunal que presidía Ángela Murillo, como el que juzga ahora a Villarejo- concluía que no hubo falsedad contable (otra cosa es que los argumentos eran absolutamente peregrinos). Por tanto, ponía en solfa la famosa sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo de 2016 que  obligó a devolver a los minoristas su inversión en esta OPV mediante un arbitraje… porque las cuentas eran falsas.

Una vez devuelto el dinero, ahora CaixaBank no puede volver a reclamárselo a los pequeños inversores. Santa Rita, lo que se da no se quita. Pero sí puede pedírselo al Estado a través de la responsabilidad patrimonial de la administración (RPA). Y no sólo los 1.850 millones, sino también otros muchos que ha tenido que reintegrar por la vía judicial a otros clientes que no fueron al arbitraje o fueron rechazados.

Obviamente, una petición así se encontraría con la oposición de la Abogacía del Estado y acabaría en un conflicto judicial para decidir si se impone la sentencia de la Audiencia o la del Supremo (ojo, el Alto Tribunal debe resolver los recursos a la sentencia penal de  Murillo, y va a tener gracia si se contradice a sí mismo y confirma el fallo de la Audiencia). Pero con tantísimos millones en juego, a cualquiera le compensaría librar esa batalla. A cualquiera, menos a La Caixa.

Agradecer favores… y que se los deban

Para Fainé, en esta vida no todo es el dinero. Hay cosas más importantes. Por un lado, agradecer los favores recibidos para absorber Bankia, que ya se sabe que de bien nacidos es ser agradecidos. Como ha informado OKDIARIO, CaixaBank se ha librado de lanzar una opa e incluso de pedir una dispensa de opa a la CNMV, y tampoco se le han aplicado las normas europeas para las desinversiones del Estado que, en teoría, exigen un proceso de venta transparente, es decir, una subasta con información similar para todos los posibles interesados.

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Isidro Fainé visita el Hospital Clínico de Barcelona (Foto: Fundación La Caixa)

Por otro lado, La Caixa tiene otros frentes abiertos en los que le vendría muy bien el apoyo gubernamental. Fundamentalmente, el de Naturgy, donde tras el ‘gatillazo’ de IFM tiene que garantizarse mantener el control del consejo y, sobre todo, el jugoso dividendo del que depende su obra social.

Por todo ello, Fainé prefiere dejar quieta la RPA y renunciar a estos grandes ingresos potenciales, según fuentes conocedoras de la situación. Así, además, el Ejecutivo de Pedro Sánchez le deberá un favor, que siempre viene bien por lo que pueda pasar.

Escotet logra que Forbes le españolice

El banquero venezolano Juan Carlos Escotet es uno de los principales enemigos de Fainé después de levantarle NovaGalicia (las antiguas cajas gallegas, hoy Abanca) en la subasta que hizo el FROB en diciembre de 2013, cuando el catalán se las prometía muy felices para tapar el único agujero territorial que tiene CaixaBank (el banco líder en España): Galicia. Después de aquella jugada, que Escotet quiso pagar con el propio dividendo de Abanca sin poner un euro, al venezolano le entró manía persecutoria y veía la mano de Fainé detrás de cualquier información crítica con su entidad.

Abanca Bankinter Jaime Botín
Juan Carlos Escotet Rodríguez, presidente de Abanca (Foto: Abanca).

Una de las cosas que más molesta a Escotet es que le definan como venezolano, algo realmente sorprendente, a pesar de haber pasado prácticamente toda su vida en ese país. Siempre recuerda que nació en Madrid (por casualidad) y que tiene ancestros leoneses y asturianos. Y ha realizado una intensa campaña de relaciones públicas para que la revista Forbes le incluya en su lista de millonarios dentro de los españoles y no de los latinoamericanos.

Este año, por fin, lo ha conseguido. El famoso ránking presenta a Escotet como la quinta persona más rica de España con un patrimonio estimado en 2.700 millones de euros. Sólo le superan Juan Roig, Rafael del Pino y, por supuesto, Amancio Ortega y su hija Sandra.

En realidad, la fortuna de Escotet es muy superior a esa cifra. El banquero aparecía tanto en los ‘papeles de Panamá’ (los originales) como en la ‘lista Falciani’ (las cuentas secretas en el HSBC de Ginebra). Es normal que los venezolanos con alto patrimonio tengan sociedades en Panamá y otros paraísos fiscales, por temor a que el régimen bolivariano de Nicolás Maduro les expropie sus bienes. Un temor muy comprensible sabiendo cómo se las gastan por allí. De hecho, el propio holding que controla Abanca tiene sede en Panamá además de Venezuela, por lo que pueda ocurrir.

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